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Es Navidad… y en casa hay una silla vacía

Es Navidad… y en casa hay una silla vacía

Ya queda poco para la Navidad, ese momento de reunión familiar, de comidas y cenas con los seres queridos para recordar lo vivido. No hay duda. Las Navidades, más allá de los regalos, de la decoración y de las cenas de empresa, son un momento para disfrutar con nuestros seres queridos. En algunos hogares se vive con alegría e ilusión, en otros con especial tristeza por la pérdida y el duelo de un ser querido. Quizás por eso mismo sean las fechas más complicadas cuando echamos en falta a alguno de ellos.

 

Hoy en Navas Funerarias compartimos con vosotros unas pautas para acercaros la Navidad desde una perspectiva respetuosa ante esta situación. Ver una silla vacía en la mesa durante la cena de Navidad puede convertirse en una situación amarga y dolorosa para miles de personas que han perdido recientemente a una persona amada.

 

El proceso traumático que se experimenta tras el fallecimiento de un familiar o ser querido se acrecenta en estas fechas tan señaladas como la Navidad. Por ello, cada año, el grupo de servicios funerarios ASV y la Fundación Verde Esmeralda, entidad especializada en prestar ayuda para afrontar la muerte y para la recuperación en el proceso de duelo, ofrecen la conferencia 'Es Navidad. Hay una silla vacía'. Una charla, que ayuda a sobrellevabr la pérdida de un ser querido y animar a celebrar recordando lo mejor de esa persona para afrontar el dolor como algo natural del proceso de duelo. “En estas fechas es casi imposible estar al margen de la cantidad de mensajes y recordatorios que invitan a ser felices, pero el bombardeo mediático de alegría y felicidad puede ser un infierno para quienes están viviendo un duelo o no lo han superado”, explica la psicóloga Tamara de la Rosa.

 

Consejos para sobrellevar el momento. Una de las formas más comunes de abordar este conflicto es tratar de suprimir las Navidades Tendemos a sentirnos culpables de estar todos juntos celebrando un momento feliz cuando falta alguien entre nosotros.

Se trata de una culpa muy arraigada en el pensamiento humano. Por ello, sin olvidar el dolor ni el recuerdo que siempre permanece, existen algunas herramientas para sobrellevar estas fechas de mejor manera. Entre las sugerencias ofrecidas por la psicóloga de la Fundación Verde Esmeralda destaca la de "construir una Navidad diferente", contando con el apoyo del resto de la familia.

 

Solo una fecha. La Navidad es solo una fecha en el calentario y como todo en esta vida, cada persona le da el significado que quiera. No abrumarnos por la gente que nos rodea, y vivamos estos días como si fueran uno más. Lo mejor es normalizar en lo posible la situación, siempre y cuando no sea un acto de autoengaño, es decir, ponerse una máscara y hacer como si nada. Esto último es lo que hay que evitar porque deriba en afotamiento, irritación y ansiedad.

 

Un brindis: Recordar no es malo, y a veces hasta puede ser gratificante y reconfortante llorar de nuevo por el recuerdo. Brindar junto a los miembros de la familia por aquella persona que no está es un acto que demuestra que su recuerdo permanece vivo y comienza la lucha por la aceptación que poco a poco se convertirá en nostalgia con el paso del tiempo.

 

Apoyarse en la familia y recordar los momentos felices. Aunque suene contradictorio, hay que intentar quedarse con los uenos momentos que pasamos con ellos durante las Navidades, hablar abiertamente con los tuyos y compartir recuerdos. Hablar sobre el problema resulta terapéutico. En momentos difíciles, la familia debe estar unida, saber valorar a los que están y compartir con ellos nuestros sentimientos.

 

No culpabilizarnos. Celebrar no significa olvidar a quien no está. Es una manera de recordar y de aceptar que aunque no esté, sigue viviendo entre nosotros. Por ello, el sentimiento de culpa no debe existir ante la felicidad de fecha o evento. Son momentos que deben llevarse por paralelo.

Alivia el estrés de los días previos. Los peores momentos son los días previos a la fecha de Navidad, ya que son más estresante, no tenemos ganas ni deseos, ni fuerzas, ni ilusión. Además, son días en los que los familiares se reúnen para preparar las comidas, la discusión por los regalos, decoración de la casa, la puesta del árbol. Y es que el mundo sigue girando, mientras que la otra persona quiere dormir y despertar en enero. Por ello, la clave está en encontrar un espacio para que tanto tu mente como tu cuerpo se relaje, salir a caminar. Respirar y seguir hacia delante.

Publicado
el 07-12-2016

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